Vivir con lipedema sin depender de una dieta estricta
Las mujeres con lipedema queremos algo muy simple: sentirnos normales.
Llevar una vida normal, comer sin miedo, movernos sin dolor y poder disfrutar el día sin estar pensando todo el tiempo en “qué puedo comer” o “qué me va a inflamar”.
Pero la realidad es que este diagnóstico es complejo y sensible. Nos afectan muchas cosas: el estrés, el clima, los cambios hormonales, lo que comemos o si nos movemos o no. Y eso puede ser muy frustrante.
Una de las preguntas que más escucho es:
¿Si tengo lipedema, tengo que seguir una dieta estructurada toda mi vida?
La respuesta es no necesariamente.
No todas las mujeres con lipedema necesitan seguir un plan rígido para siempre.
Lo importante es aprender a cuidar el cuerpo sin perder libertad.
Aquí te comparto 4 consejos clave para hacerlo a tu manera, pero sin dejar de cuidar lo que más importa.
1️⃣ Cuida tu glucosa en sangre
Controlar la glucosa no significa eliminar todos los carbohidratos, sino mantenerla estable durante el día.
La mayoría de los estudios sobre lipedema —aunque aún sean pocos— coinciden en que un exceso de carbohidratos puede aumentar la inflamación.
Estudios sugieren que, una de cada tres mujeres con lipedema podría tener resistencia a la insulina, así que mantener niveles estables de azúcar en sangre puede ayudarte mucho.
👉 Puedes confirmarlo con estudios como la hemoglobina A1C o la glucosa en ayuno.
Y si no tienes resistencia a la insulina, igual te puede ayudar a controlar los antojos dulces, que son muy comunes en nosotras.
2️⃣ Practica la prueba y error
No todas reaccionamos igual a los mismos alimentos.
Por eso, la verdadera “dieta” de una mujer con lipedema es la prueba y error.
Por ejemplo, prueba una semana sin lácteos: sin queso, yogurt, kefir ni mantequilla.
Observa cómo te sientes. Luego prueba con el gluten.
No se trata de eliminarlo todo para siempre, sino de escuchar cómo responde tu cuerpo.
Esa conciencia es lo que realmente transforma tu relación con la comida.
3️⃣ Aprende a leer etiquetas
Leer etiquetas es una forma de defenderte frente a la inflamación. Todo lo que viene en bolsa, lata o frasco tiene una lista de ingredientes.
Y aunque diga “keto”, “light”, “natural” o “vegano”, eso no garantiza que no tenga aditivos, colorantes o gomas que pueden activar tu sistema inmunológico.
👉 La clave: mira la parte de atrás y elige productos con listas cortas y simples.
No se trata de obsesionarse, sino de tomar decisiones conscientes.
4️⃣ Incluye alimentos antiinflamatorios todos los días
Haz una lista de los 10 alimentos antiinflamatorios que puedes conseguir fácilmente donde vives:
aceite de oliva, ajo, cúrcuma, jengibre, frutos rojos, aguacate, salmón, verduras verdes, entre otros.
Y asegúrate de comerlos diario.
No sirve de mucho tenerlos en casa si solo los usas una vez a la semana.
Estos alimentos son los que realmente aportan los nutrientes que ayudan a reducir la inflamación.
En resumen
No se trata de seguir una dieta para siempre, sino de aprender a conocerte, nutrirte y cuidar tu cuerpo de manera flexible.
La alimentación antiinflamatoria es un camino, no una regla.
Y si no sabes por dónde empezar o te sientes abrumada, no tienes que hacerlo sola.
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En este programa trabajamos juntas para ayudarte a:
-
Regular tu glucosa y energía diaria
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Reducir inflamación y síntomas
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Crear hábitos sostenibles sin obsesión
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Aprender a comer con libertad y conciencia
Recuerda que la información compartida en este blog está basada en mi experiencia personal y conocimientos como nutrióloga. Mi intención es ofrecerte herramientas y perspectiva, pero cada cuerpo es único y las condiciones de salud como el lipedema requieren un manejo individualizado.
Este contenido no sustituye la consulta, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre te recomiendo que busques el consejo de tu médico o de un profesional de la salud cualificado antes de iniciar cualquier cambio en tu dieta o estilo de vida, especialmente si tienes alguna condición de salud preexistente o tomas medicamentos. Tu bienestar es lo más importante.
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